Reflexión del Evangelio del día - Domingo 9 de enero

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (Mateo 5, 13-16) Extraído de la Biblia de Jerusalén
13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. 14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. 15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Palabra del Señor.

Reflexión:
Es una lectura muy hermosa la de hoy, y es un llamado que Jesús nos hace: "brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre". Yo hoy también los quiero llamar a que brillen, pero además (y para Gloria de Dios) les haré una invitación, a que usen los Dones que Dios les ha regalado.
Y es que en la época de Jesús, no existía la electricidad, solo usaban velas o lámparas de aceite para iluminar durante la noche, o cosas así. Si nosotros prendemos una vela, y la ponemos debajo de la cama, o debajo de algo que la tape... no solo podemos causar un incendio, sino que además es como tonto... ¿para qué ha sido hecha la vela sino que para brillar, para dar luz?
Si cocinamos sin sal, y dejamos la sal guardada en un cajón (bueno, hay muchas personas que no deben comer sal, o que comen poca sal, pero pensemos en una persona sana) ¿qué sucede? La comida queda desabrida, la sal guardada en el cajón. De nada sirve la sal si queda guardada, hay que utilizarla.
Lo mismo sucede con nuestras manos y pies. Si dejamos de usar nuestras manos y pies ¿qué sucede? se atrofian, pierden su movilidad.
Si tenemos una bonita voz, o dibujamos muy bonito, o somos inteligentes, o bailamos muy bien, y no usamos esos talentos ¿qué sucede? La voz queda ahí guardada y no se aprovecha, las manos se desacostumbran a dibujar, el cerebro se desacostumbra a pensar y aprender cosas nuevas, el cuerpo pierde su elasticidad, y vamos perdiendo movimiento. Tenemos que cantar, tenemos que dibujar, tener que usar nuestra inteligencia, tenemos que bailar.
Lo mismo pasa con nuestro corazón: si tenemos amor dentro de él, y nos lo guardamos... de nada sirve. ¡El amor ha sido hecho para ser entregado! Y de esa manera crece, se hace más fuerte, incluso en las situaciones más difíciles. 
Dios nos creó para amar, y para amarlo a Él. Si no amamos, si no damos testimonio de Él en nuestras vidas ¡en toda nuestra vida! Entonces no estamos haciendo aquello para lo cual Él nos creo. ¡Y qué triste es una silla que queda tirada, y no es utilizada para lo que fue creada! Lo mismo sucede con nosotros. Si no cumplimos aquello para lo cual Dios nos creó, quedamos tristes. Es amando como nos hacemos felices. ¡Y no es una felicidad pasajera! No, es una felicidad que tiene su fundamento en Dios, y esa felicidad no nos la pueda quitar nada ni nadie, ni si quiera las situaciones más difíciles. 
Usemos los Dones que Dios nos ha dado, si tenemos corazón, amemos. Si tenemos una boca, hablemos, regalemos sonrisas... no seamos como aquel al que Dios regaló un talento, y lo enterró por miedo a perderlo. Usemos nuestros Dones, y hagamos feliz a Dios. ¡Brillen! Que han sido hechos para brillar. Den testimonio de Dios en toda su vida, y les aseguro que Dios, cuando llegue el momento de verlo cara a cara, dará testimonio también de nosotros, de nuestro amor.
¡Así sea!

No haré una oración hoy, pues quiero que vayan a Misa, y le pidan al Señor que les de el valor de usar sus Dones, y de dar testimonio de Él en sus vidas. Vayan, usen sus corazones, y ámenlo, pues Él nos ha demostrado su amor en incontables ocasiones, es el día, es la hora, es el momento de retribuirle ese Amor Infinito que Él nos da.