jueves, 13 de febrero de 2014

Reflexión (y oración) del Evangelio del día - jueves 13 de febrero

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 7, 24 - 30) Extraído de la Biblia de Jerusalén. 

24 Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, 25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. 26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. 27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» 28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.» 29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.» 30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

Palabra del Señor.
Gloria y Honor a Ti Señor Jesús.


Reflexión:

Esta mujer pagana, logró algo muy hermoso: conmovió a Jesús. Si bien, lo que le dice Jesús se ve degradante a primera vista, tiene que ver con algo muy particular: Israel es el pueblo que Dios escogió para sí, y los paganos pertenecen (como esta mujer) a otros lugares del mundo. La fe de esta mujer, la confianza que puso al decir ésto a Jesús, nos revela a un Jesús acogedor. En aquella época, las mujeres eran llamadas "mentirosas, serpientes", los hombres no confiaban mucho en ellas. Pero Jesús daba esa confianza a las mujeres, y ella se atrevió a decirle esa hermosa frase a Jesús: "también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños". 

Quiero destacar algo, el punto central que hizo esta mujer, que conmovió a Jesús: y es que Dios Uno y Trino, se ve muy interpelado por los pequeños, los más humildes, los más débiles. Y es que tiene razón: a su lado somos pequeñísimos, un grano de arena en la playa. Él nos mira, está con nosotros siempre, pero lo hace por su Infinito Amor y Misericordia. Ni un pelo cae de nuestra cabeza sin que Él no lo sepa. Pero... ¿cómo se debe sentir Él ante aquellos que son soberbios? Hay muchos que creen que todo lo pueden solos, cuando no es así... incluso los Dones que tenemos (nuestra inteligencia, nuestro cuerpo, nuestras habilidades) todo nos los dio Dios, y así como nos lo ha dado, nos lo puede quitar. ¿Cuántas personas de un día para otro tienen un accidente, o una enfermedad, y pierden la movilidad de parte, o de todo su cuerpo? ¿Cuántas personas, por alguna enfermedad o accidente, pierden su habilidad de pensar? La depresión (enfermedad de la que padezco, y que gracias a Dios estoy en un tratamiento que ha sido muy efectivo) es muy inhabilitante, pierdes la capacidad de pensar razonablemente, estás muy cansado para hacer las cosas más básicas... un tío mío, a quien en mi familia llamamos Julito, cuando tenía 1 año y medio de edad se tragó una moneda, y se asfixió. Esos momentos en que su cerebro estuvo sin oxígeno, provocaron que no pudiera desarrollarse como un niño normal. Creció su cuerpo, pero su mente no alcanzó el desarrollo más que de un niño de 2 años, más o menos. Él ya falleció, Dios lo tiene en Su Gloria, él es el angelito de mi familia. 

A qué voy... en verdad, dependemos del todo de Dios, y reconocer ésto, y humillarnos ante Dios, sentirnos pequeños, es la actitud que deberíamos tener. Pero no se asusten ante la Inmensidad de Dios, porque Él es Tierno, está lleno de Amor Verdadero, y nos considera sus hijitos. Ante tal maravilla ¿porqué no dar gracias a Dios? Debemos darle gracias por estar a nuestro lado incluso cuando pecamos, su Amor es incondicional... Cuando reconocemos nuestra pequeñez ante Dios, Él se derrite como el chocolate en el calor... y con esa pequeñez, esa humildad, con esa actitud de ser pequeños niños ante Dios, es que debemos orar y dirigirnos a Él. Sí, debemos ser niños ante Dios Pequeños, humildes, sencillos. Pidámosle esa Gracia... 

Oración:

Amado Padre Dios: Tú eres Bello, eres Hermoso, porque posas tus ojos sobre éstos, tus pequeños hijos. Ni un pelo de nuestra cabeza cae sin que Tú te des cuenta. Perdónanos por fallarte, por aquellos pecados que hirieron Tu Corazón Bondadoso, a nuestros hermanos, y a nosotros mismos. Ten Misericordia de nosotros, Dios Bello, Tú que eres la Misericordia misma.
Te pedimos por todas aquellas intenciones que llevamos en nuestro corazón, más, que no se haga nuestra voluntad, que es pequeña, débil y suele estar equivocada, haz Tu Voluntad, Tú que eres la Sabiduría misma, sabes qué hacer en la situación en que nos encontramos. Llena todos aquellos rincones de nuestro ser que se encuentran vacíos, llénalos con Tu Amor, porque solo Tú puedes llenarlo, y hacernos sentir completos.
Te pedimos la Gracia de siempre sentirnos pequeños, débiles y humildes ante Ti, que eres el Dios Todopoderoso, y amados, infinitamente amados por Ti, Dios Omnipotente y Omnipresente.
Gracias Dios Maravilloso, porque nos hiciste pequeños y débiles, y de esta forma atraemos Tu Amor, ese Amor que lo ha dado todo por nosotros, hasta la vida misma en la Cruz. 

Te amamos Señor, pero haz que te amemos más, que confiemos más en Ti, aumenta nuestra Fe, y hazla firme como la roca.

Amén.


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